Experimenta la misericordia de Dios
Con el ritmo acelerado de nuestras vidas, es poco el tiempo que solemos destinar a la oración y muchas veces posponemos, e incluso olvidamos, acudir con regularidad a un importante sacramento: La Confesión.
Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Déjate reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24). (1)
Tres son los enemigos de una buena confesión: la negligencia, la rutina y la vergüenza. Te invitamos a confiar en que el amor de Dios y la compañía de Nuestra Madre, pueden ayudarte a vencerlos.
En la fotografía que acompaña esta nota, puedes ver el confesionario de nuestra parroquia, sitio destinado para administrar este sacramento. No dejes pasar el tiempo y ¡busca este lugar!
En la celebración de este sacramento, tú, como parte de la Iglesia, experimentarás la misericordia del Dios que perdona y acoge siempre al hijo que vuelve con un corazón triste y arrepentido.
“Recemos para que vivamos el sacramento de la Reconciliación con renovada profundidad y para saborear el perdón y la infinita misericordia de Dios” Papa Francisco.
(1) Fuente: CIC 1424