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Reunidos en la celebración de la misa y una posterior convivencia, el pasado sábado 11 de marzo, dijimos adiós al presbítero Francisco Araya, quién acompañó a nuestra comunidad el último tiempo como vicario parroquial.

Hoy, el Señor le confía una nueva misión, y como parroquia no tenemos más que sentimientos de gratitud por tener la posibilidad de conocerlo y verlo crecer en su ministerio sacerdotal.

"Presidí todas mis primeras celebraciones con ustedes... los primeros bautizos, los primeros matrimonios, la primera Semana Santa, la primera Navidad. Ustedes han sido los primeros para mi ministerio y por eso, sin duda, los voy a llevar en el corazón", señaló el Padre Francisco al dirigirse a la comunidad congregada ese día. 

Añadiendo que nos deja con un corazón infinitamente agradecido, pues con nosotros ha aprendido mucho, por lo que "nunca los podré borrar de mi historia personal, y mucho menos de mi historia ministerial", y dejando la puerta abierta a volver a encontrarnos en el futuro, finalmente expresó: "Los dejo, confiado en que el Señor sabrá guiarnos por caminos de santidad".

Acompañemos con nuestras oraciones a este sacerdote que vimos nacer, para que el Espíritu Santo lo asista en los nuevos desafíos que asumirá en la Parroquia Santa Catalina de Siena.

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