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Poniendo la mirada en el libro del Éxodo, en su mensaje para esta Cuaresma, el papa Francisco nos recuerda esos largos 40 años que el pueblo de Israel debió permanecer en el desierto a modo de purificación espiritual antes de poder entrar en la tierra prometida.

“El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud”, nos señala Francisco en su mensaje para este tiempo litúrgico que busca apartarnos de lo mundano, y acercarnos a lo celestial.

Descubramos la riqueza que se nos ofrece en este “tiempo de conversión, tiempo de libertad”, leyendo el texto completo adjunto en pdf al final de esta nota.