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Cuando nos pregunten qué sabemos de santa Rosa, podemos contar muchas cosas, pero hay algunos datos que hacen de ella, una mujer excepcional:

1. Nuestra Santa Patrona nació en Lima, Perú en 1586 en el seno de una familia sencilla y humilde. Su nombre de bautismo fue Isabel Flores de Oliva; sin embargo, debido a su admirable belleza, fue apodada “Rosa”.

2. Con el nombre de Rosa recibió la confirmación y a los veinte años vistió el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, como su modelo de vida, santa Catalina de Siena. 

3. Mientras rezaba ante una imagen de la Virgen María con Jesús en los brazos, un día, Rosa escuchó que el Niño le dijo: «Rosa dedícame todo tu amor…». No lo dudó: desde entonces, Jesús fue su amor exclusivo hasta su muerte, un amor cultivado en la virginidad, en la oración y en la penitencia. Solía repetir: «Mi Dios, puedes aumentar mis sufrimientos, con tal de que aumentes mi amor a ti».

4. Murió sólo después de haber renovado sus votos religiosos, repitiendo varias veces: «¡Jesús, que estés siempre conmigo!». Era la noche del 23 de agosto de 1617. Después de su muerte, cuando su cuerpo fue trasladado a la Capilla del Rosario, la Virgen de la estatua ante la cual la Santa había rezado tantas veces, le sonrió por última vez. La multitud de personas que estaba presente gritó al milagro.

5. Fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica. En 1668, Rosa fue beatificada por el Papa Clemente IX y canonizada tres años más tarde.

 

Fuentes: Aciprensa y Vatican News